07 junio, 2018

La historia de ‘Beto’, el mono que no se aparta de su madre, la perra ‘Luna

El mono Beto se agarra con fuerza al lomo de su madre y no duda en usar sus dientes cuando, una y otra vez, los agentes intentan separarlo de Luna, una perra que lo adoptó cuando tan solo era una cría. En consecuencia, algunos vecinos del barrio Olaya Herrera de Cartagena de Indias (Colombia) han pedido a la policía que los separe porque el capuchino se pone agresivo cuando la gente se acerca a la perra, de la que nunca se separa. Sin embargo, las autoridades ambientales han decidido trasladarlos juntos a una reserva de la región de Cartagena porque el primate no sobreviviría sin Luna. Este mono no se baja de la perra, se pasa todo el día montado. Hemos intentamos bajarlo. Cuando lo conseguimos, corre y se monta al lomo de la canina”, ha relatado el agente de la Policía Ambiental y Ecológica Anderson Blanquiceth. La historia paternofilial de Beto y Luna comenzó hace 18 meses, cuando el mico era pequeño y fue sacado de su hábitat, un bosque al norte del país, y cuando Luna perdió una camada de cachorros. En ese momento, la perra decidió alimentarlo como si fuese su propio hijo. Los expertos han señalado que separar a Beto y Luna puede ser perjudicial para ambos, sobre todo para el mico. “Forman en su cerebro el reconocimiento de quién es su mamá. Es un mecanismo de aprendizaje regulado genéticamente que no se puede revertir una vez que se ha creado”, ha afirmado en radio Caracol el etólogo Enrique Zerda, profesor de la Universidad Nacional de Colombia.

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